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Haz clic para escuchar a Einstein enunciando su famosa formula

 

 

Antes de Einstein la física clásica se apoyaba en las leyes de Newton, sin embargo tenía sus limitaciones.

   La ley de la gravedad de Newton afirma que los objetos atraen a otros objetos con una intensidad dependiente de la masa de cada uno, esta fuerza es la gravedad. De manera que el universo Newtoniano estaba en un constante “jaloneo” de velocidades y aceleraciones, sin embargo científicamente las mediciones eran correctas, no así para objetos a grandes velocidades.

    El observador de un suceso  no tenía problemas para medir algo por ejemplo un proyectil en movimiento y su objetivo, su física se dice, es de espacio y de tiempo absolutos, es decir no depende uno del otro.

    Entonces había un problema: si todo estaba en constante jaloneo, ¿Cómo se podrían medir las distancias de los objetos o los tiempos entre los sucesos?.

    En una feria de libros en mi escuela media superior, encontré un librito (por cierto muy barato): ”Relatividad para Principiantes”  escrito por un físico de la UNAM. Qué sorprendido quedé, nunca más pude salir de estas reflexiones de espacio y tiempo. La relatividad me sumerge en un gran misterio.

     Recientemente iba en un autobús y me impresioné porque a pesar de que el autobús iba a 90 km/hr,  una mosca  revoloteaba enfrente de mí  y de los pasajeros de un lado a otro. Me preguntaba si ella va también a 90 km/hr aunque se va hacia atrás y hacia adelante, arriba y abajo con singular rapidez. Y peor aún: ¿que pasa si dejo caer una pelota?, Un observador afuera del autobús lo vé rebotar en un punto y un tiempo y eso mismo es lo que yo observo cuando toca el suelo.
      Pero  el segundo rebote ¿en donde sucedió?, ¿unos metros después de lo que se desplazó el autobús? o ¿en el mismo punto donde yo dejé caer la pelota y que por cierto regresa amí?.


     Recordé entonces los marcos de referencia Einstenianos: Cualquier observador tiene razón en sus mediciones pero para ponerse de acuerdo entre ellos la medición correcta será como referencia la velocidad de la luz, es la única constante y nunca podrás ir más rápido que ella.

 

En 1887, los físicos norteamericanos  Michelson y Morley realizaron un famoso experimento con el que se descubrió que la velocidad de la luz es constante, es muy veloz para nosotros pero su velocidad es finita: 300 mil km/seg. aproximadamente. Fue sorprendente porque pensaban incluso que si existiese el éter (hipotética sustancia que está en el espacio) crearía una especie de “viento” cuando gira la tierra y la luz se vería frenada si se emitiera un destello en contra de este viento. Pero no fue así, la velocidad de la luz, bajo cualquier prueba siempre fue la misma. 

 

 De esta manera Einstein descubría en sus teorías que el eter no existía y que la medida del tiempo dependía de la velocidad de quien la realizaba en relación con lo que medía y de igual modo la medida del espacio debería cambiar de acuerdo con la medida del tiempo.

     Entonces Einstein descifró que las leyes de la física serán las mismas para cualquier observador mientras estuvieran moviéndose a velocidades constantes en dirección constante. Sencillo pero a nadie se le ocurrió como a Einstein.

 

 

 

 

La presente información solo es con fines de divulgación cutural o educativa y no persigue ningún lucro.

 

   

 

  • Hoffman Banesh, Einstein.
  • Hacyen Shahen, Realtividad para Principiantes
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