Cuando en 1520 los Aztecas vencen a los españoles en la noche triste de Cortes, se hizo prácticamente con la población del ejercito Azteca. Solo venían alrededor de 400 españoles y sus aliados indígenas, unos murieron en el lago hundidos por la cantidad de oro y joyas que traían en sus uniformes, otros por que murieron en la lucha cuerpo a cuerpo. El hombre valeroso fue Cuitlahuac, que sustituyo a Motecuhzoma después de que murió donde por cierto su muerte es desconocida ya que se cree que fue muerto a consecuencia de una pedrada que le dieron mientras daba un discurso para hablarle a su pueblo. No querían escucharle más por haber permitido que entraran los españoles y les ofreciera los templos. Motecuhzoma cayó en una superstición exagerada y sumisamente, con resignación les dio todo a los españoles.

Cuitlahuac, era enérgico, no toleraba más a los españoles y les declaró la guerra dentro de la misma Tenochtitlán. 

Pero los españoles y sus aliados indígenas regresaron en 1521 con los famosos Bergantines que construyeron para entrar al lago e invadir Tenochtitlan.

Cuitlahuac muere de viruela y Cuauhtemoc (águila que cae) le sustituye siendo el último emperador Azteca.

A la caída de Tenochtitlan se le atribuyen varios factores y son tres los que sobresalen:
1.- Los pueblos sometidos por los Aztecas y que se aliaron a los españoles formaron un numeroso ejercito el cual sofocó a los pocos Aztecas que quedaron.

2.- Las epidemias que trajeron los Europeos principalmente la viruela que devastó a la mayoría de la población indígena.

3.- La superioridad de las armas de los europeos. 

Todo influyó, a pesar de que los Aztecas permitían que sus pueblos vasallos se gobernaran y mantuvieran su cultura y solo entregaran tributo de lo que producían y prestaran hombres para la guerra. Les tenían odio, solo por la superioridad y astucia. Las enfermedades destruyeron a la mayoría de la población joven de los Aztecas, la viruela se ensañó con los que podían defender la ciudad, al regreso de los españoles solo quedaron en su mayoría ancianos, mujeres y niños, los pocos soldados que quedaban estaban desnutridos porque sitiaron la ciudad y no habían alimentos y los peces del lago ya se habían terminado además de que estaban enfermos, sin embargo a sí lucharon. Las armas efectivamente superiores, influenciaron mucho, pero hubo Aztecas que aprendieron a usarlas e incluso a montar los caballos siendo excelentes jinetes, así atacaron también a los españoles y sus aliados.

Pero yo comparto la opinión de Octavio Paz: Los historiadores tienen razón en los puntos mencionados arriba, la caída se debió más que a nada; a su aislamiento ; nunca un pueblo se sintió tan abandonado por sus dioses. 

Aquí, en mesoamerica, se desarrolló todo lo que implica una sociedad, sin tomar modelos europeos o asiáticos o africanos. Ellos aprendieron la caza, la recolección, la agricultura, a encender fuego, la domesticación, la construcción, las artes, las ciencias, la medicina, desarrollaron sus leyes, sus modelos económicos, etc.

Los Aztecas prefirieron desaparecer que tener impuesta otra cultura, otros dioses, otra lengua, el desvanecimiento de su sangre en una raza mestiza pero baja. Cuando cayó Tenochtitlan, ya no había nada que conquistar. La Nueva España se creó de las fusiones de las razas: españolas (que tenían sangre mora, vasca, etc), de los aliados indígenas (Tlaxcaltecas, zapotecas, etc. ) y de los esclavos negros.

Se degradó la raza, y al paso de más de 500 años de xenofobia, maltratos, marginación y racismo incluso entre los mismos mexicanos, aún no sabemos los no-indígenas encontrar nuestra identidad más allá de los mariachis, el tequila y los tacos. Existe una inscripción en uno de los muros de la tristemente celebre Plaza de las Tres culturas en el barrio de Tlatelolco en la ciudad de México, este barrio fué el último que vencieron los conquistadores y que al igual que Carlos Fuentes coincido: "El 13 de agosto de 1521 cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés, no fué triunfo ni derrota, sino el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy". Pero la grandeza de Tenochtitlán nunca terminará aunque solo en nuestras mentes tengamos impreso inconscientemente esa magia de que alguna vez el suelo donde estoy, también estuvo un Azteca, orgulloso de la majestuosidad que lograron.