• Mientras permanezca el mundo, nunca acabará la fama y la gloria de méxico Tenochtitlán (pensamiento Azreca).
  • Loas Azrecas estuvieron aquí, nada traían cuando llegaron, nada dejaron cuando se fueron(recuerdo Mexica).

 

 

 

 

 

 

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Para 1502 sucedió en el trono Motecuhzoma Xocoyotzin (Señor Sañudo el Joven), hijo de Axayácatl.

Bernal Díaz del Castillo, soldado español y cronista de la conquista, lo describía como un hombre: de buena estatura, delgado, bien proporcionado, de color no muy moreno, con el cabello que le cubría las orejas, las barbas ralas y negras, la cara larga y alegre y de buenos ojos. Su manera de mirar era amorosa; pero también grabe cuando era menester. Muy limpio, se bañaba diariamente al atardecer. 

 

En sus primeros años los dedico a la carrera de las armas y había alcanzado el grado más alto en el ejercito Azteca el de Tlacochcálcatl, es decir, algo como el jefe supremo de las fuerzas armadas. Pero también se entregó al sacerdocio adorando a los dioses y también alcanzó el grado de sumo pontífice o gran sacerdote. Para los Mexica, estas dos disciplinas eran las más respetadas y su mención como Rey fue recibido con beneplácito general.

Pero al llegar al trono, Motecuhzoma que era un dechado de virtudes cambió radicalmente, se convirtió en un individuo altivo, soberbio y presuntuoso, destituyó a la gobernadores y empleados y puso en su lugar a gente de la nobleza y en la servidumbre a gente de cierta estatura. Se hizo cada vez más tirano y despótico. Nunca respondía personalmente a las personas, lo hacía por medio de un secretario, nadie podía verle la cara sino era condenado a pena de muerte, traía su séquito de gente noble y si tenían que hablarle deberían de seguir el protocolo: “Tlatoani”(señor), “Natlatoani” (Señor mío) , “Hueytlatoani”, (Gran señor). Posteriormente con el rostro inclinado al suelo tenían que hablarle y al retirarse no debían darle la espalda.

 

Sus comidas eran de unos 40 manjares y escogía el platillo señalando con una varita de oro, se dice que incluso el pescado se lo traían el mismo día desde Veracruz por sus mensajeros veloces. Frente a él habían bufones, saltimbanquis y músicos que le distraían. Cuando terminaba de comer le daban una pipa para que fumara tabaco con liquidámbar.

Tenía sus casas de recreo en Chapultepec, eran: una casa de aves, de fieras y de fenómenos con mujeres contrahechas, enanos, gigantes, albinos, etc. 

 

Desde 1509, ya se habían visto nuevamente españoles en el sur de México y fue informado Motecuhzoma. Ocurrieron varios siniestros meteorológicos, eclipses, terremotos, cometas, tormentas y todo esto lo interpretaban como mal presagio, además de que los habitantes de Cuetlaxtla habían visto en sus pozos –que empleaban para hacer sus agüeros- hombres de extraña figura trajes nunca antes vistos (¿armaduras de soldados españoles?) , una columna cayendo del cielo, mexicanos cargando huacales, un ave con un espejo en la frente.

Motecuhzoma sabiendo de los presagios de Quetzalcoatl y conocedor de las tradiciones religiosas decide consultar al sabio Nezahualpilli que era un hombre ya maduro. Él le confirmó sus temores indicándole que era el regreso de Quetzalcoatl para hacer venganza y que perdería su reino para dejárselo a los hombres blancos. Motecuhzoma haciendo gala de su profunda y desesperante superstición, reta a Nezahualpilli a un juego de pelota.

Si ganaba Motecuhzoma no perdería el reino pero si perdía quedaría confirmado nuevamente. Todo indicaba que ganaría Moctezuma por su fortaleza buen juego y juventud sobre Nezahualpilli, pero increíblemente perdió.
Nezahualpilli muere en 1516, su palacio todavía existe en Texcoco y en el siglo XVII en tiempos de Betancourt aseguraba que estaba dotado de un observatorio astronómico. 
Nezahualpilli era muy estricto con las leyes, mandó matar a unos jueces, a una de sus mujeres más queridas e incluso a uno de sus hijos por haber abusado de una concubina y decir malas palabras en el palacio. Se dice que tuvo dos mil concubinas y que dejo ciento cuarenta y ocho hijos, pero cuatro de ellos eran legítimos. Estos descendientes se pelearon por el trono y dividieron Texcoco repartiéndose territorios.

 

 

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  • Historia de México, Alfonso toro, 1965.
  • Tlacaelel, Crónica Mexicayotl.
  • Visión de los Vencidos, Miguel León Portilla.
  • El Astronauta de palenque, Tomas Doroeste
  • Historia Verdadera la de conquista de la Nueva España, Bernal Diaz del Castillo.
  • Historia verdadera de las cosas de la Nueva España.

 

 

 

 

 

 

 

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