La muerte y la
eternidad
Aunque participó en proyectos serios y científicos sobre
la búsqueda de vida extraterrestre, como las señales de
radio emitidas por radiotelescopios o las placas de discos
con información sobre la Tierra y que fueron puestos en las
sondas espaciales Voyager y Pionner, era tomado como
referencia su opinión para estos casos en todo el mundo. A
este respecto relata lo siguiente:
“Con
frecuencia me preguntan: «¿Cree usted que haya
inteligencia extraterrestre?» Yo doy los argumentos
habituales: hay muchos lugares por ahí fuera, hay moléculas
de vida en todas partes, utilizo las palabras miles de
millones, y todo eso. Entonces digo que me sorprendería
muchísimo que no hubiera inteligencia extraterrestre pero,
desde luego, de momento no hay prueba convincente de ello.
A menudo, a
continuación, me preguntan:
-Pero, ¿que
piensa realmente?
Yo digo
-Le acabo de
decir lo que pienso realmente.
-Sí, pero
¿cuál es su sensación visceral?
Pero yo intento
no pensar con las vísceras. Si me planteo entender el mundo
con seriedad, pensar con algo que no sea el cerebro, por
tentador que sea, me puede meter en problemas. Realmente,
está bien reservarse el juicio hasta que se tiene la
prueba."
Una extensión de sus planteamientos del capitulo: Enciclopedia
Galáctica de la serie Cosmos, es su novela Contacto.
Esta novela plantea un encuentro con otros seres cuyo modo
de darse a conocer fue por medio de las Matemáticas, tal y
como lo mencionaba en Cosmos. Señales de radio que
pulsaban en el orden de los números primos (los que
solo pueden ser divididos entre uno y entre ellos
mismos dándonos un entero, como el 7) . Esta novela está
considera como una de las mejores de ciencia ficción a la
misma altura de 2001 Odisea del Espacio del también
físico Artur C. Clark. Igualmente fue llevada al cine
protagonizada por Jodie Foster como Ellen, la responsable de
hacer el contacto.Carl Sagan y su esposa, estaban
colaborando con la dirección de la película Contact,
cuando éste falleció.
Hasta donde yo sé nunca afirmó creer en Dios. En su libro:
el cerebro de Broca mencionaba que cuando daba conferencias
a un público en general siempre le preguntaban que si creía
en Dios y el respondía con una pregunta: ¿Qué entiende
usted por Dios?, esto porque consideraba que cada quien
tiene su creencia de Dios, unos lo ven como un ser blanco
barbado que es muy bueno, otros como un cúmulo de energía
y algunos otros como el todo que está aquí y en todas
partes, el omnipotente. Se sorprendía que hubiera muchos
científicos de alto nivel que fueran creyentes.
Cuenta una anécdota que Carl Sagan le preguntó a una mujer
(de un elevado coeficiente intelectual) que cómo era
posible que siendo tan inteligente, creyera en Dios. A lo
que la mujer le respondió; Sr. Sagan, y como es posible que
siendo usted un científico tan inteligente, no crea en
Dios?.
Termino este homenaje con un fragmento de su obra Miles
de Millones narrando su convalecencia a su grave
enfermedad y que su esposa Ann Druyan terminó el último
capítulo relatandonos como lo conoció y como se “fue”.
"Me gustaría saber que cuando muera seguiré viviendo,
que alguna parte de mí continuará pensando, sintiendo y
recordando. Sin embargo, a pesar de lo mucho que quisiera
creerlo y de las antiguas tradiciones culturales de todo el
mundo que afirman la existencia de otra vida, nada me indica
que tal aseveración pueda ser algo más que un anhelo.
Deseo realmente envejecer junto a Annie, mi mujer, a
quien tanto quiero. Deseo ver crecer a mis hijos pequeños y
desempeñar un papel en el desarrollo de su carácter y de
su intelecto. Deseo conocer a nietos todavía no concebidos.
Hay problemas científicos de cuyo desenlace ansío ser
testigo, como la exploración de muchos de los mundos de
nuestros sistema solar y la búsqueda de vida fuera de
nuestro planeta. Deseo saber como se desenvolverán algunas
grandes tendencias de la historia humana, tanto
esperanzadoras como inquietantes: los peligros y promesas de
nuestra tecnología, por ejemplo, la emancipación de las
mujeres, la creciente ascensión política, económica y
tecnológica de China, el vuelo interestelar.
De haber otra vida, fuera cual fuere el momento de mi
muerte, podría satisfacer la mayor parte de estos deseos y
anhelos, pero si la muerte es solo dormir, sin soñar ni
despertar, se trata de una vana esperanza. Tal vez esta
perspectiva me haya proporcionado una pequeña motivación
adicional para seguir con vida. El mundo es tan exquisito,
posee tanto amor y tal hondura moral, que no hay motivo para
engañarnos con bellas historias respaldadas por escasas
evidencias. Me parece mucho mejor mirar cara a cara la
Muerte en nuestra vulnerabilidad y agradecer cada día
las oportunidades breves y magníficas que da la vida...
...Cinco mil personas rezaron por mi en los oficios de
Pascua en la catedral de San Juan el Divino de la
ciudad de Nueva York, la iglesia más grande de la
cristiandad. Un sacerdote hindú describió una gran vigilia
de oración por mí a orillas del Ganges. El imán de
Norteamérica rezó por mi restablecimiento. Muchos
cristianos y judíos me escribieron para notificarme las
suyas. Aunque no creo que Dios, de existir, alterase debido
a la oración los planes, me siento agradecido más allá de
toda ponderación a aquellos –incluyendo tantos a quienes
nunca conocí- que oraron por mi restablecimiento.
Muchos me han preguntado como es posible enfrentarse a la
muerte sin la certeza de otra vida. Solo puedo decir que
esto no ha constituido un problema.
Con alguna reserva acerca de las «almas débiles»,
comparto la opinión de mi héroe, Albert
Einstein:
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